Sorprendiendo al mundo entero, el día de ayer 25 de junio de 2009, muere por un paro cardíaco, el rey del pop.
Una noticia inesperada que se propago por Internet llenándola de especulaciones, cautelas, esperanzas de los fans y la búsqueda “desesperada” de información.
Para mí fue una experiencia muy extraña presenciar “en vivo” y por Twitter el desarrollo de la noticia. Lo que comenzó con pequeños mensajes aislados diciendo que Michael Jackson había muerto, fueron creando una bola de nieve gigantesca, hasta el punto en que nadie en Twitter hablaba de otra cosa que de la muerte del excéntrico cantante.
De inmediato cargué la página de CNN y comencé a ver la transmisión en vivo de le versión norteamericana del canal de noticias, donde indicaban que Michael Jackson se encontraba hospitalizado y no se conocían mucho detalles.
Mientras en Twitter la gente comenzaba a intercambiar información y actuaba con más cautela que al inicio, los medios tradicionales alimentaban los mensajes, pero todos hablaban de lo mismo, se olvido Irán, desapareció Honduras y la muerte más temprano de Farrah Fawcett Majors salió completamente de los
trending topics. El primer sitio de noticias referenciado por muchos mensajes fue
TMZ de
AOL.
Twitter colapsó y el primer medio tradicional en informar la muerte, de forma “oficial”, fue el periódico Los Angeles Times. Encuentro muy difícil de explicar la experiencia de vivir una gran noticia acompañado de miles de personas enlazados por medio de una herramienta como Twitter.
Es como que se activara una conciencia colectiva y las cosas se mueven rápido. Por más de 30 minutos estábamos montados en una especia de máquina del tiempo dirigida directamente a los años 80s. Luego estábamos todos en un autobús gigante, acompañados de millones de personas, comentando elementos de la cultura popular relacionados con Michael Jackson. Fuimos zombies alimentados por el morbo. Fuimos fans despojándonos de la hipocresía. Sentimos miedo que su muerte nos recordará lo viejos que estamos. Y al final fuimos jueces y verdugos, crucificando su alma sin cuerpo recién estrenada. Es sumamente extraño compartir de esta manera todas estas cosas.
No es lo mismo que leerlo en el periódico de la mañana completamente solo frente al café. El estar acompañados por todos, sintiendo lo que todos, expresando lo que todos, leyendo las opiniones de todos, es diferente.
Y esta novedad traerá implicaciones fuertes para nuestras vidas y la manera en como nos llegan y vivimos las noticias. Al final, no se muy bien que pensar. El lanzamiento del video de Thriller, al mismo tiempo en todo el mundo fue algo único, un fenómeno global increíblemente importante, no estábamos acostumbrados a eso, la televisión nos preparó con su publicidad interminable. Mil años después su muerte cierra un círculo, y aunque ningún canal de TV duró semanas anunciándola, todos estábamos en el mismo sitio y en el mismo lugar, para sentirla.